Kaizen destaca por su simpleza. Además de su efectividad y aplicabilidad tanto en los negocios como en la vida.
Kaizen implica desarrollar una cultura de participación. Desde el trabajador más humilde a la más alta gerencia, todos pueden introducir mejoras en las operaciones de la empresa.
El origen de Kaizen
Kaizen significa “cambio beneficioso” o “mejora”, proviene de unir los vocablos kai (改 = cambio) y zen (善 = bueno o beneficioso). Su origen radica en el proceso de reconstrucción que Japón tuvo que emprender tras la Segunda Guerra Mundial.
Aunque se le asocia con la cultura empresarial nipona, de hecho el enfoque de mejorar a pasos pequeños surgió en EEUU. En lugar de buscar introducir cambios radicales para alcanzar grandes metas, se aconseja introducir pequeñas mejoras. Estas deben poder ser implementadas de inmediato.
Ayudados por expertos estadounidenses llevados a Japón en la posguerra para colaborar en la reconstrucción de la industria del país, los japoneses incorporaron este enfoque con naturalidad, pues era muy similar a su cultura. Evidentemente lo perfeccionaron con los años, llegando a convertirse en la potencia económica que son hoy en día.
Tanto en la vida cotidiana como en los negocios, el Kaizen es una forma de vida. Es decir, nunca acaba siempre habrá maneras de mejorar. El método implica identificar una falla, ponerla de manifiesto, aclararla y reconocerla. Luego hay que hacer un plan para resolverla, ejecutarlo, revisar si funciona y actuar en consecuencia.
Se debe ser riguroso al encontrar cualquier falla o cualquier punto en el que sea posible mejorar. La complacencia es un pecado mortal. Así, implementando pequeñas acciones se refinará lo que sea que se busque mejorar, desde los métodos de producción hasta las estrategias de distribución o marketing.
Grandes empresas como Toyota, Sony o Hitachi aplican el Kaizen ¿Por qué no hacerlo en tu proyecto de emprendimiento personal?
Los 10 puntos del espíritu Kaizen
1. Abandonar las ideas fijas, rechazar el estado actual de las cosas.
2. En lugar de explicar lo que no se puede hacer, reflexionar cómo hacerlo.
3. Realizar inmediatamente las buenas propuestas de mejora.
4. No buscar la perfección.
5. Corregir un error inmediatamente e in situ.
6. Encontrar las ideas en la dificultad.
7. Buscar la causa real, respetar los por qué y después buscar la solución.
8. Tener en cuenta las ideas de 10 personas en lugar de esperar la idea genial de una sola.
9. Probar y después validar.
10. La mejora es infinita.
Fuente: Universidad Usil - Miami